Religiosos Terciarios Capuchinos


El 12 de abril de 1889 Luis Amigó funda oficialmente, en Massamagrell (Valencia – ESPAÑA), la Congregación de los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, también llamados Amigonianos

Nuestra forma de vida

Estamos consagrados y comprometidos en el seguimiento de Jesucristo tal y como propone el Evangelio; vivimos en comunidad fraterna, y nos consagramos especialmente a Dios en el servicio a la juventud extraviada.


El Padre Luis Amigó inicio su apostolado entre los reclusos de los penales. Con ellos, penados también, hay jóvenes e incluso niños. Esta experiencia constituye el germen fundacional de nuestra Consagración. El estado de destrucción que advierte en unos y otros le hace pensar en un trabajo preventivo a favor de los más jóvenes.

Así es como concibe nuestra misión. Este es nuestro carisma; Este su testamento; Estas, sus palabras:


"Vosotros, mis amados hijos e hijas, a quienes Él ha constituido Zagales de su rebaño sois los que debéis de ir en pos de la oveja descarriada hasta devolverla al aprisco del Buen Pastor."

Zagales del Buen Pastor

Los Amigonianos nos sentimos llamados a ser testigos del amor de Cristo entre todos los jóvenes que tienen carencias afectivas, familiares, sociales, y con alteraciones de conducta y perturbaciones de personalidad. Entre aquellos niños y jóvenes que por mil y una razones han tropezado en la vida o no han encontrado su camino.


Vosotros, zagales del Buen Pastor sois los que debéis ir en pos de la oveja descarriada hasta devolverla al aprisco. Y no temáis perecer en los despeñaderos y precipicios en que muchas veces os habréis de poner para salvar a la oveja perdida.


El espíritu propio de los amigonianos, dedicados a la educación cristiana de los jóvenes apartados del camino de la verdad y del bien, se distingue por su particular seguimiento de Cristo Buen Pastor , que llama a sus ovejas por su nombre, se fían de él y le siguen.


Tras las huellas del Buen Pastor, el Terciario Capuchino se siente llamado a crecer en el amor , desarrollando particularmente las actitudes de sencillez y de humildad, de compasión y de misericordia, de alegría y de esperanza, y de entrega y generosidad, que distinguen la vida de quién conoce a las ovejas, camina delante de ellas, busca a las que se pierden, comparte sus alegrías y penas, y está dispuesto a dar la vida por todas.


Y son precisamente estas actitudes que marcan el crecimiento humano-espiritual del Terciario Capuchino, las que identifican también su vida de familia y su actuación apostólica entre los jóvenes inadaptados, haciendo de la pedagogía amigoniana , una pedagogía:


Familiar

  • Entretejida de cercanía
  • De comprensión
  • De afabilidad
  • De confianza
  • De convivencia

Dolores de la virgen